sábado, 16 de agosto de 2008

La Playa


Estoy en la playa, recorriéndola solo, contemplando y regocijándome de la brisa, la siento suave por mi rostro, algo fresca, bufando como si quisiera contarme algo, como si fuera la voz de la naturaleza. Escucho el bramar de la mar, tan serena en esta tiniebla, en esta noche… me forja recordar lo solitario que estoy ante esta vida, pues al oír su canto entre tanta inmensidad me rememora mi vida, solo ante tanto infinito, me causa angustia, pero a la vez me da su tibieza, me conforta y me hacer sentir acompañado.
En las alturas puedo observar las estrellas como centellean ante mis ojos, tan colmas de vida, proporcionándole vida a este colosal y solemne océano, escoltándonos.

Sigo marchando por la arena, en esta playa, cuando derepente llegas tú, ser “divino” que apareciste en mi mundo, en el cual no poseo mucho y consigues enaltecerme a tu edén, me haces sentir tan colmado, completo que ya no aspiro más, pero sin embargo necesito de tu constancia, porque cuando no estás, retorno a mi soledad y veo mi realidad, únicamente permanecen las memorias, los gratos recuerdos, cuando me acompañabas y yo era feliz, conocí lo noble.

Tú, persona sencilla, humilde, generosa, que aun conservas cuantiosas buenas intenciones que la sociedad ya no tiene, te aventuras a venir a mí, no te puedo brindar mucho, solamente mi cariño. Soy una persona egoísta a veces, que me consume lo mundano de esta existencia, pero logro mudar de aires cuando te poseo a mi lado, en donde mis desconfianzas, temores, vacilaciones se esfuman, porque esos vacíos son llenados con toda tu totalidad. Posiblemente tu también tienes semejantes vacíos, pero juntos somos el complemento que necesitamos y juntos alcanzamos algo que se podría llamar como la perfección.

Un abrazo y una caricia es tan solo lo que necesito de ti, un beso tuyo excede a mi felicidad y tenerte junto a mí y compartirnos me saca de esta tierra, me traslada más allá, trasciendo y encuentro el sentido a mi vida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El éxtasis de tus palabras, lo sublime de tu deseo de felicidad al lado de la persona que amas, que te lleva a la luz, que llena los rincones oscuros de tu pensar.
Ten en cuenta que cada uno tiene su luz... cada uno puede enriquecerse de la compañía de los demás, pero es uno el que brilla, como una estrella.
La felicidad la construimos nosotros, con esfuerzo y dedicación. Los demás nos guían, nos refuerzan o nos debilitan. Pero el resplandor básico, sólo lo apagamos nosotros.
Sé fuerte.
"Lo que no me mata, me fortalece"

Que estés muy bien, cabro. Te quiero harto.